Crítica: DRUDKH «All Belong to the Night»

DRUDKH es una de esas bandas que nunca pasa desapercibida. Tiene un sonido propio de esos que cuando escuchas los primeros acordes sabes que son ellos. Esa personalidad solo está al alcance de los elegidos. La atmósfera que logran en todos sus trabajos te atrapa casi sin darte cuenta.

“All Belong to the Night” es su duodécimo larga duración y de nuevo la inmensa habilidad compositiva es lo que llama la atención. El amor por su tierra y su cultura vuelve a estar presente y para ello repiten en su lengua materna y basan sus letras en el folclore eslavo. Las melodías son majestuosas y la temática orientada a la naturaleza supone una auténtica obra de arte.

En esta ocasión nos presentan cuatro canciones con una duración de mas de 45 minutos. Los riffs hipnóticos permiten que aparezca la magia pese a que a la duración de los temas sería peligroso para cualquier otra banda. La batería es atronadora y el registro vocal cuanto menos es apasionado. No hay nada de experimentación en este disco, pero no es en absoluto necesario porque queremos que DRUDKH sean simplemente ellos mismos. La melancolía y las estructuras de desarrollo lento e inquietante dan pasión y dramatismo a todas las canciones. La pista final “Till We Become the Haze” es simplemente espectacular.

DRUDKH siguen siendo DRUDKH. Puede que algunos digan que no se renuevan y que carecen de originalidad, pero lo original realmente es que existan. ¡Ojalá no cambien nunca!