Banda: Blackbraid
Título: III
Año: 2025
País: EEUU
Formato: Álbum
Duración: 52 minutos
Discográfica: Autoeditado
Género: Black Metal
Banda: Blackbraid
Título: III
Año: 2025
País: EEUU
Formato: Álbum
Duración: 52 minutos
Discográfica: Autoeditado
Género: Black Metal
En las entrañas de las montañas Adirondack, cuando la noche parece no tener final y el bosque respira como un animal dormido, nació Blackbraid III. No es un simple disco: es un rito, un conjuro forjado en la intersección entre la memoria ancestral y la furia del black metal. El 8 de agosto de 2025, Sgah’gahsowáh abrió las puertas de este nuevo capítulo, y lo que emergió no fue solo música, sino un paisaje entero hecho de nieve, ceniza y sangre.
Esta vez, las corrientes son más gélidas, y el aire que recorre sus composiciones recuerda a los ventisqueros eternos que Immortal convirtió en territorio mítico: riffs afilados como cuchillas de hielo, percusiones que golpean como botas marchando sobre la nieve (obra del músico invitado para esta función, Neil Schneider) y una atmósfera donde el invierno es casi un personaje más, . Sin abandonar su raíz folk y espiritual, Blackbraid adopta aquí una dimensión más épica y marcial, ampliando su horizonte sonoro hacia el frío implacable del black metal más clásico pero lleno de matices acústicas y grandes momentos de puro sentimiento.
Diez cantos forman este viaje, desde el lamento crepuscular de “Dusk (Eulogy)” hasta el eco profano de “Fleshbound”, de Lord Belial, reinterpretado como si la canción hubiera pasado por un ritual bajo lunas negras. Entre ellos laten visiones: los tambores bélicos de “Wardrums at Dawn on the Day of my Death”, la respiración agónica del ciervo sagrado en “The Dying Breath of a Sacred Stag”, y ríos de riffs que arrastran ramas, huesos y voces antiguas, recordándonos que bajo la brutalidad late un corazón que conoce las historias de la tierra.
La producción, precisa pero no domesticada, conserva la aspereza del invierno y el humo de las hogueras. No hay adornos innecesarios: cada compás es una piedra colocada en el círculo de un ritual. Escucharlo no es un acto casual; es caminar entre árboles que observan, es escuchar la respiración del viento, es sentir el filo de la noche en la piel. El disco de nuevo está editado en sus formatos físicos por la misma banda.
Blackbraid III no busca encajar en moldes ni satisfacer expectativas rápidas. Es un álbum que se despliega como un mito oral, que crece en la repetición y deja en quien lo escucha un eco difícil de disipar. Es la voz de un pueblo que recuerda, de una tierra que reclama y de un músico que ahora, con influencias que rozan la épica helada de Immortal, se adentra en un territorio más vasto y gélido que nunca. Quizá su obra más completa, quizá un presagio de que aún quedan sombras y glaciares más profundos por explorar.
Biografía de BLACKBRAID