Crítica: KAECK «Gruwelijk Onthaal»

Banda:  Kaeck

Título: Gruwelijk Onthaal

Año: 2025

País:  Países Bajos

Formato: Álbum

Duración: 32 minutos

Discográfica: Folter Records

Género:  Black Metal

(8.5/10)

Cuatro años después de “Het Zwarte Dictaat”, los neerlandeses Kaeck regresan con su tercer larga duración, “Gruwelijk Onthaal”, y lo hacen firmando uno de sus trabajos más sólidos y aplastantes hasta la fecha.

El disco abre con “Het Huilend Altaar”, un breve pero intenso intro en el que se escuchan voces de angustia y desesperación, como un lamento colectivo previo a la tormenta. En apenas treinta segundos, Kaeck logra sumergir al oyente en un estado de opresión y tensión que anticipa lo que vendrá después: siete cortes donde no hay concesiones, dominados por riffs oscuros, batería devastadora, bajo enfermizo y unas voces que destilan odio en cada palabra.

La incorporación de Frostbite en la batería ha dotado a la banda de una pegada más implacable, mientras que Ruud Nillesen, ahora centrado únicamente en el bajo, aporta un sonido especialmente denso y perturbador. Las guitarras de Jan Kruitwagen mantienen su carácter hipnótico y bélico, reforzadas por atmósferas sombrías que convierten el álbum en un muro de sonido. Sobre todo ello, la voz de Oovenmeester es la encargada de dar forma al concepto del disco: la llegada del dios Kaeck a la Tierra y el sometimiento de la humanidad.

Musicalmente, la propuesta de Kaeck puede recordar a nombres como Gorgoroth, Ziklon-B, incluso la crudeza primitiva de Beherit o Von, los primeros Impaled Nazarene, por su enfoque directo, bélico y ritual, aunque no son tan caóticos. Sin embargo, aquí todo aparece bañado en solemnes y tétricos teclados, que aportan una dimensión ceremonial y atmosférica, envolviendo la violencia en un aura de culto infernal. Esa combinación convierte a Gruwelijk Onthaal en un álbum que, más allá de su brutalidad, transmite también un sentido de liturgia oscura.

El resultado sonoro es colosal, gracias a la grabación en el Sammath Bunker, la mezcla de Marco Hartgers y la masterización de Peter Neuber, que han logrado un sonido masivo y apocalíptico.

En el apartado visual, Kaeck ha cuidado cada detalle: la portada en xilografía realizada por Dylan Humphries es impactante y se complementa con la caligrafía del siglo XVI en el reverso y las letras manuscritas por Vinod, otorgando al disco un aire artesanal que lo convierte en una pieza de colección.

En definitiva, “Gruwelijk Onthaal” es el álbum más oscuro y devastador de Kaeck, una obra que no solo cumple con las expectativas, sino que las supera, mostrando a la banda en su punto más sólido y creativo. Un disco que confirma a Kaeck como uno de los nombres clave dentro del Black Metal neerlandés contemporáneo.

Biografía de KAECK

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