Crítica: NAKKIGA «Barneko Beldurra”

Banda: Nakkiga

Título: Barneko Beldurra

Año: 2024

País: España

Formato: Álbum

Duración: 56 minutos

Discográfica:  Spitako Productions

Género:  Black Metal

(9.5/10)

Y casi sin avisar ni darnos cuenta (incluso para gente que mantenemos el contacto con esta gente), nos pilló esta maravillosa sorpresa de golpe porque no esperábamos de ninguna manera un nuevo disco de Nakkiga. Es verdad que el bueno de Isma llevaba un tiempo avisando, tras el split que les sacamos, que andaban a vueltas con un disco pero, fue tan de sopetón, que casi no hemos podido ni digerirlo. Da igual, esto es 100% Nakkiga y para todos los que disfrutamos de su música tremendamente épica, melancólica y majestuosa, siempre es un goce poder sentarnos a escuchar un disco del tirón.

Ocho temas en casi una hora son muchos temas para digerir y, aún así, el trago es placentero. El sonido, siendo marca 100% Nakkiga (suenan a ellos, ni más ni menos), es el disco que más Dissection me ha parecido de todos los que han grabado. Bien sabemos de la adoración que tienen los amurrienses por las cosas de Nödtveidt pero aquí se notan más los guiños al rollito sueco de esas huestes o de Dawn. Temas como «Saldukeriaren Zaporea» o «Arpa abeslariaren ganbara» guardan la marca indeleble de todos aquellos que flipamos con «Storm of the light’s bane» pero siempre con el marchamo de «Unjoly Txabakan Metal» con esa raigambre tan pagana directamente de los montes vascos.

Quizás estamos ante su disco más ambicioso, con temas más largos, más complejos, donde más se nota el equilibrio entre temas partes calmadas y otras furiosas y es que, 25 años después de su parto, las huestes amurrienses siguen al pie del cañón sin perder un ápice de fe en su manera de ver y entender la música: autoedición, girando sin parar, tocando siempre y en cualquier lugar y fieles a sus sentir UG. Lo cual no hace más que afianzar mi amor hacia una gente que tiene las ideas cristalinas, forjadas en el más puro acero.

Y eso que la portada llama la atención por no ser lo típico que cabría esperar de esta buena gente, tiene sencillamente algo hipnótico en ese rostro desquiciado de mirada penetrante. Su disco más reflexivo e introspectivo quizás, más personal y complejo… ese «miedo interior» que inunda con su agonía todos y cada uno de los temas, sobre todo «Etsipenaren ardo garratza», de los más viscerales.

Mis temas favoritos: «Adimen bortxatuak» (temazo oiga, qué guitarras más acojonantes y más «suecas»), «Arpa abeslariaren ganbara» (por lo obvio que he dicho antes) y ese cierre fantástico de disco que es «Gurpilan isolaturik» que suena a esos 100% Nakkiga que tanto adoramos y que en algún momento las melodías se ponen vitaminadas y me piden gritar «Soulreeeeaper!!!!!». Pero es que el disco es cojonudo de principio a fin y estoy muy seguro que hará las delicias de cualquier persona mínimamente familiarizado con sus trabajos previos.

Se nota una barbaridad el camino sólido que comenzaron a recorrer hace unos cuantos años, su crecimiento pasmoso como músicos y su capacidad de crear melodías llenas de ecos del pasado. Seis años han pasado desde que les editamos el «Agurraren harkaitza», un Covid que les frustró su aniversario, varios splits y parece que estaban calentando para dejar lo mejor para el momento oportuno. Este es. Como decía en alguna reseña previa, poca repercusión tienen para lo buenos que son sus discos y, si el mundo fuese justo, los grupos purrias que salen por Northern Silence o el enésimo clon finés que sale por Purity Through Fire palidecerían ante el buen hacer de esta gente.

Pero las hordas vascas seguirán otros 25 años más porque al ellos lo único que les importa es seguir haciendo lo que sienten y aman, al margen del resto del mundo porque les importáis muy poco. Y que así siga siendo contra viento y marea.

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