Crítica: DEMILICH «Nespithe»- (25 Aniversario)

Banda: Demilich

Título:  Nespithe

Año: 1993

País: Finlandia

Formato: Álbum

Duración: 39 minutos

Discográfica: Necropolis Records

Género: Death Metal

(8/10)

Cuando acudes con cierta frecuencia al local de ensayo de alguna banda cuyos músicos tienen un nivel más que considerable, no es extraño que pase lo siguiente: el batería inicia a improvisar y el hombre lo toma con ganas, de tal manera que (suele ser) el bajista le dice “¿Qué estás haciendo tío…?, a lo que el otro, en extático auge, responde, “tú calla y sígueme”, al poco rato el guitarra, consciente de la importancia y necesidad de las seis cuerdas, no pregunta nada y simplemente se adhiere a la sesión.

Cuando acaba la jam siempre hay alguien que dice “joder, que de puta madre, lo teníamos que haber grabado…”, bien, pues lo que ocurrió en 1993 con el único trabajo de DEMILICH fue más o menos lo que he comentado, salvo que en este caso “alguien lo grabó”.

Estamos ante una “rara avis” en el negocio del Death Metal. “Nespithe” es o un disco que se escucha desde un relicario o sé considera un trabajo de pedantería impresentable. Yo personalmente he de reconocer que este trabajo me va gustando menos con el paso del tiempo, pero hay personas a las que les pasa justo lo opuesto.

“Nespithe” es un disco de Death Metal que, yo creo, que lo definen sus ausencias más que sus características observables, quiero decir que en este disco no hay en ningún momento ni riffs memorables, ni la característica batería ultraviolenta, y aun así es un disco brillante.

¿En qué diablos consiste este trabajo?, se toman conceptos de la improvisación del Jazz, se recurre a escalas cromáticas con generosidad y se busca la disonancia. ¿Qué sensación proyectan estos temas tan bizarros?, el disco entero parece un enorme laberinto, el mero hecho de dividirlo en once canciones me parece anecdótico, todos los temas tienen los mismos elementos y las mismas estructuras.

La base rítmica es responsabilidad exclusiva de Mikko Virnes, el batería, batería muy técnico, muy fino, muy calmado, que posiblemente sea el elemento más coherente de este trabajo, el bajo no hace funciones de tal, hace lo mismo que la guitarra, pero con sonoridad de bajo, muchos lo considerarán una virtud, yo personalmente no, no obstante todas estas estructuras iconoclastas de este trabajo tienen un sentido, solo uno, y es encontrar el fabuloso trabajo de Aki Hytönen en las guitarras, las melodías y las ideas que desarrolló este muchacho son, con permiso del impecable trabajo del batería, el sello distintivo de esta grabación.

De acuerdo, si, está la voz de Antti Boman, que es cierto que suena como la peristalsis de un mesonychoteuthis hamiltonii, pero, por lo menos a mí, lo que me ha ocurrido es que me he acostumbrado y me parece aburrida….interesante, meritoria, pero aburrida…

Me atrevería a decir que “Nespithe” está más cerca de un trabajo de Jazz con sonoridad infraterrestre que de un disco de Death Metal.

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